¿Para qué nos sirve?
En su libro La Inteligencia Emocional en la empresa (1998), Daniel Goleman se refiere a la Inteligencia Emocional como "la capacidad de reconocer los sentimientos propios y los ajenos, la capacidad de motivarnos y de manejar bien las emociones, en nosotros mismos y en nuestras relaciones".
Entonces, una persona inteligente emocionalmente, es alguien que es capaz de reconocer y manejar las emociones propias y las de los demás, de forma que conspiren con su éxito y el bienestar común. Ser inteligentes emocionalmente implica que también somos capaces de generarnos voluntariamente las emociones positivas que necesitamos para experimentar bienestar, motivarnos y alcanzar nuestros sueños.
¿Cómo desarrollar la Inteligencia Emocional?
La Inteligencia Emocional comprende cinco aptitudes emocionales agrupadas en dos grandes áreas según su esfera o rango de acción, las cuales podemos conocer y desarrollar progresivamente. Éstas son:
Auto-Conocimiento: – o capacidad de conocer nuestros estados internos, saber cuáles son las creencias y valores que le dan sentido a nuestras vidas. Nuestras emociones y sus efectos.
Auto-regulación: - Es la habilidad de comprender y manejar nuestras emociones apropiadamente, para elegir cual será nuestra respuesta. Implica la transformación y liberación de las emociones negativas tales como el miedo y la rabia en motivadores para la acción positiva.
Auto- Motivación: –Es la habilidad de generarnos emociones positivas voluntariamente, generando autoestima y autoconfianza. Es aprender a decirnos a nosotros mismos ¡yo quiero y yo puedo!
Empatía: – Es la capacidad de percibir los sentimientos y preocupaciones de otros, entender su perspectiva y reconocer sus emociones independientemente de que nos parezcan correctas o no.
Habilidades Sociales: - Es la capacidad de conectar y gestionar las emociones en otros, aplicar la empatía y comunicarnos asertivamente para influir, servir y relacionarnos positivamente con los demás.
Como tarea, los invito a aplicar por esta semana este ejercicio para desarrollar la Inteligencia Emocional:
1- Pensemos un lugar de nuestro entorno de vida, puede ser el trabajo o la casa y hagámonos las siguientes preguntas:
• ¿Cuándo fue la última vez que nos reímos en el trabajo? ¿Por qué lo hicimos? ¿Cómo nos sentimos? ¿Compartieron los demás esa diversión? ¿Cómo influyó eso cuando reanudamos nuestras actividades?
• ¿Cuándo fue la última vez que estuvimos molestos en el trabajo? ¿Por qué estábamos molestos? ¿Qué impacto tuvo eso en nuestras interacciones con otros? ¿Para qué nos sirvió estar molestos?
2- Pensemos: ¿Qué podríamos hacer para repetir las situaciones positivas y replicar sus efectos en nuestro trabajo?
Al realizarlo, aprenderemos a reconocer nuestras emociones y sus efectos en nosotros mismos y en otros, así como a ir desarrollando la empatía y la creatividad para generar emociones positivas que conspiren positivamente en nuestras vidas. ¡Me encantaría que me dejaran sus comentarios!
Referencias:
Goleman D. “La inteligencia emocional en la empresa”. Ed. Vergara. 1.999
Lynn A. “50 Actividades para Desarrollar la Inteligencia Emocional”. Ed. Centro de Estudios Ramón
Areces, S.A. 2.000.
Agradecimientos a Verónica Chávez Chinea por leer la versión preliminar de este post.
Fantastico amiga como todo lo q escribes!! Sigue asi, tqm
ResponderEliminarFantastico amiga como todo lo q escribes, sigue asi, tqm
ResponderEliminarSaber gestionar nuestras propias emociones conlleva la posibilidad de expresarlas de manera y en el contexto apropiado: se trata de vivir las emociones sin dejarse “arrollar”…Se podría comparar las emociones a un rio: si su lecho está limpio y cuidado, si las orillas pueden contener bien eventuales inundaciones o periodos de bajo flujo, el agua puede fluir libremente con todo su impetu o delicadeza.
ResponderEliminarSe trata de realizar un equilibrio entre los extremos,
entre la aluvión emotiva y la sequia, la aridez che a monte nuestros “filtros", nuestras presas deberían evitar,
Francesco Me parece que describes la verdadera libertad, que es la posibilidad de elegir como responder en vez de reaccionar ante una emoción o un estímulo cualquiera... Despertar de nuestros automatismos y recobrar la presencia, nuestra identidad que alberga y siente nuestras emociones y pensamientos, pero que al mismo tiempo es mucho más que ellos...
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