martes, 19 de marzo de 2013

Organiza tu mente y Organiza tu vida


La próxima vez que asistas a una reunión social o de trabajo, observa cómo casi todas las personas (incluyéndote) están intentando conversar y compartir de cuerpo presente, mientras revisan sus e-mails, cuentas de twitter, envían fotos, mensajes de texto, etc. desde sus dispositivos móviles.  Aparentemente somos capaces -y hasta nos sentimos orgullosos- de hacer varias cosas al mismo tiempo, pero, ¿esto es tan bueno cómo parece? Los estudios más recientes en neurociencia publicados por la Universidad de Harvard, nos revelan que no.

Muy por el contrario a la creencia popular, hacer muchas tareas en simultáneo (como por ejemplo conducir, hacer mentalmente la lista del supermercado y atender una llamada al móvil) no es bueno, pues divide nuestra atención entre muchas cosas y el cerebro está diseñado para atender cabalmente una sola. Como resultado, nos volvemos más proclives a cometer errores, tomar malas decisiones y sentirnos estresados. Todos ellos son síntomas de una mente desorganizada. La buena noticia, es que nuestra mente puede salir de ese caos y aprender a organizarse y centrarse en lo que desea, haciéndonos más calmados, creativos y productivos.

¿Y cómo organizamos nuestra mente?

Hay cuatro cosas que podemos hacer desde ahora mismo para organizar nuestra mente y verlo reflejado como mejoras  en nuestra experiencia interior y nuestra calidad de vida:

1- Domar nuestra agitación interior y generarnos emociones positivas:

Estamos agitados interiormente cuando experimentamos emociones perturbadoras como la ansiedad, la depresión, la rabia o el estrés. Es necesario aprender a librarse del dominio que ellas ejercen sobre nosotros, pues interfieren con la habilidad de nuestro cerebro para pensar con claridad, encontrarle soluciones a los problemas y actuar apropiadamente. Adicionalmente, necesitamos aprender a generarnos emociones positivas, pues estas activan nuestra creatividad, la inteligencia y la claridad necesaria para actuar frente a los retos o dificultades. El recuperar el control sobre nuestras conductas y respuestas emocionales, es una fuente orden y calma en nuestra mente y nuestra vida.

Un ejercicio práctico para aprender a domar nuestra agitación interior y recuperar el control de nosotros mismos ante una situación difícil es el siguiente:

a) Detenerse en lo que estamos haciendo, respirar y calmarnos
b) Reconocer la perturbación que sentimos y ponerle un nombre (¿rabia? ¿miedo? ¿frustración?).
c) Pensar en alguien (o un lugar) por quien sintamos afecto verdadero y evocar ese sentimiento intensamente por unos minutos (también puede ser afecto y compasión por nosotros mismos).
d) Retomar a la situación y decidir qué hacer para afrontarla (evaluar si actúo ahora o no y cómo).
Este ejercicio puede hacerse en cinco minutos todas las veces que queramos y producirá un cambio importante y positivo en la forma en que nos sentimos y nos conducimos con los demás.
Otras actividades que contribuyen con nuestra calma interior son dormir bien, realizar al menos 30 minutos de ejercicio diario y practicar algún tipo meditación o yoga.

2- Entrenar nuestra atención en una cosa a la vez:

 Para tener orden en nuestra vida, necesitamos entrenar a nuestra mente en enfocarse. Esto se logra organizando nuestro día  y concentrándonos en una sola tarea de nuestra elección por un periodo de tiempo específico, dejando para luego todo lo demás.  El tiempo a invertir en una tarea puede variar de quince minutos a una hora. Antes de empezar, le decimos a nuestro cerebro cuál es el objetivo concreto que pretendemos lograr haciendo esa actividad y cuánto tiempo vamos a dedicarle. Por ejemplo: lavaremos los platos en la próxima media hora, o meditaremos por los próximos veinte minutos y cortamos todo contacto externo o distracciones durante ese tiempo en específico.

3- Aprender a descartar las distracciones innecesarias:

Es normal que ocurran interrupciones inesperadas mientras estamos concentrados en realizar una tarea específica (llamadas de teléfono, visitas a nuestra oficina, etc.). Para evitar sucumbir a ellas, nos detenemos ante la interrupción, respiramos y consideramos si es lo suficientemente importante como para dejar de lado lo que estamos haciendo o no. Si consideramos que no es urgente o importante, retomamos nuestra tarea de nuevo y esperamos hasta que terminemos o llegue nuestro momento de descanso para atenderla.

4- Tomar descansos:

Una vez que hayamos concluido una tarea, como por ejemplo atender a un cliente en el trabajo y, antes de focalizarnos otra como empezar una reunión en la oficina, es necesario tomarnos un descanso de unos cinco minutos, en el que nos relajamos y hacemos una actividad física como caminar, tomarnos un café y/o conversar con un amigo. En el caso de una tarea larga como preparar un reporte para nuestro jefe, o estudiar para los exámenes, es necesario programar un descanso de cinco minutos por cada hora que invirtamos en ella. Esto nos permite refrescar nuestra atención y retomar nuestras labores con la mente fresca y productiva. Muchas de las mejores ideas surgen cuando tomamos un descanso o nos concentramos algo totalmente diferente a lo que estábamos haciendo antes.

La práctica de organizar nuestra mente producirá cambios en la forma en que nos sentimos y en cómo percibimos la vida. En vez de estar estresados, recuperaremos la calma y el control. Seremos más productivos, contaremos con más tiempo libre y recobraremos la capacidad de definir que queremos lograr en la vida y hacer lo necesario para conseguirlo.





Referencias:
Hammerness P. Moore M. Organize your Mind to Organize your Life. Ed. Harlequin, 2011.
Coach Meg: http://www.coachmeg.com

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